El gran tenor –ahora barítono- madrileño había cancelado su participación en las representaciones previamente anunciadas de la ópera “Gianni Schichi” de Puccini que clausurará la temporada del Teatro Real de su ciudad natal. Tras el fallecimiento de su hermana, confesó no sentirse en condiciones anímicas para protagonizar esta trepidante y despepitada operita bufa, programada, en sesión doble, junto a “Goyescas” de Enrique Granados (esta última en versión de concierto). Sin embargo, no ha querido dejar tirado al coliseo de la Plaza de Oriente, y participará en las funciones previstas, aunque sea de modo testimonial: cantará algunas arias de Verdi y Giordano entre las “Goyescas” y el “Gianni Schichi”, para complacer a sus muchos fans incondicionales. Un agradecido y agradecible gesto.Es una lástima que no haya podido encarnar al protagonista de la ópera pucciniana, pues se había traído, en su honor, un montaje de la Ópera de Los Ángeles, teatro del que el cantante lleva años siendo director general; un montaje, además, concebido y dirigido en su estreno por Woody Allen. Sustituyendo a Domingo, se alternarán en las cinco representaciones previstas los barítonos Nicola Alaimo y Lucio Gallo, al frente de un gran reparto de voces mayormente españolas. En “Goyescas”, los honores se los llevan las voces femeninas: la soprano navarra María Bayo y la mezzosoprano valenciana Ana Ibarra. En cartel, del 30 de junio al 12 de julio.Novedades discográficas.-El sello hipereconómico Brilliant, aunque más conocido por sus jugosas y masivas reediciones, continúa imparable lanzando también grabaciones nuevas, como el exótico disco dedicado a media docena de conciertos para violín o flauta de Antonio Vivaldi tocados con flauta de Pan, una proeza no carente de riesgos (innecesarios, la verdad) que solventa con gracia e inventiva el flautista Hanspeter Oggier acompañado por el Ensemble Fratres.También tiene mucho de curioso, aunque con muchísimo más interés musicológico, el doble compacto dedicado a las Variaciones Diabelli. Diabelli, un conocido editor de música y compositor de principios del siglos XIX, que envió un vals suyo a medio centenar de compositores, pidiéndoles a cada uno de ellos que escribieran una variación. Su intención era publicar todas las variaciones en un volumen, haciendo una especie de antología sobre los que él consideraba como los compositores más importantes de su tiempo. Entre ellos estaba, por supuesto, Ludwig van Beethoven, que en vez de escribir solo una variación, se comprometió tanto con las posibilidades que permitía el vals, que escribió una serie de treinta y tres. Diabelli publicó las variaciones de Beethoven en un volumen por separado y esa obra ha pasado a la posteridad como una de las más grandes del genio sordo de Bonn. Pero ¿y las de los otros cincuenta compositores? Entre ellos había algunos conocidos, como Schubert o un muy jovencín Liszt, algunos grandes pianistas de la época como Moscheles o Czerny, algún noble incluso, como el Archiduque Rodolfo de Austria, y muchos ilustres desconocidos, entre los cuales hay un caso singular: el hijo de Mozart, Franz Xaver. Pues bien, el pianista Pier Paolo Vincenzi ha grabado las variaciones de Beethoven –uno de tantísimos- pero las ha acompañado, en un segundo disco, con las otras cincuenta, totalmente desconocidas la mayoría. Si hubiera grabado sólo las beethovenianas, no habría podido resistir la competencia de todos los grandes pianistas que ya la han grabado: así, probablemente no pasen tan inadvertidas. Citas concertísticas.-Hace ya mucho –el 9 de junio- que comenzó el histórico Festival de Aix-en-Provence, en la Provenza francesa, pero no es hasta ahora que comienza a dar títulos de ópera, que es lo que realmente fue siempre su especialidad. Este año comienzan, el próximo 2 de julio, con Händel; concretamente, con la preciosa ópera “Alcina” en una nueva coproducción con el Teatro Bolshoi de Moscú y dos grandes estrellas francesas del canto barroco: la soprano Patricia Petibon y el contratenor Philip Jaroussky. Otros títulos serán “El rapto en el serrallo” de Mozart, “El sueño de una noche de verano” de Britten y un programa doble con “Iolanta” de Tchaikovsky y “Perséfone” de Stravinsky, en una producción del Teatro Real de hace unos años aclamadísima (dirigida por Peter Sellars).Plácido Domingo: un gesto por el Real