Y en estas salió 'Atrevido' en segundo lugar. Precioso el berrendo en colorado de Alcurrucén, que empujó con riñones y clase en las dos varas que tomó. El toro mostró que iba a ser de lío gordo en un ceñidísimo quite por chicuelinas de Ginés Marín. Y no falló. En bravo, en esa seca casta y ese tranco del 'alcurrucén' importante. Descolgó en la primera tanda de tanteo de Diego Urdiales. Y a partir de ahí, el toreo. El riojano fue desgranando varias series de redondos con encaje y temple. Pero donde llegó el cante grande fue al natural. Más profundo, más templado. Hubo torería y tremendo gusto en los remates. Y el toro embistiendo sin cesar, con celo, prontitud y también profundidad en sus viajes. La última tanda al natural, cumbre por pureza y trazo. La faena estaba hecha y faltaba la rúbrica. No podía fallar Urdiales y no lo hizo. La estocada, en la mismísima cruz, letal pese a los intentos del toro por no caer con la muerte ya rondando. Gran faena y gran toro. No dudó entonces Matías desde el palco. Dos pañuelos blancos y uno azul. De justicia.Se devolvió el cuarto por apoyar mal y el sobrero fue otro cantar. Mucho más agarrado al piso, sin terminar de romper a embestir, no se lo puso fácil a Urdiales, que tiró de oficio y firmeza para solventar la papeleta sin mucho lucimiento por culpa del toro.El primero de Alcurrucén, un precioso colorado engatillado de cuerna, manseó de lo lindo en los primeros tercios. No se empleó en ninguno de los encuentros con el picador y llegó al tercio de muleta embistiendo al paso. Afanoso Morante de la Puebla, que incluso alargó más de la cuenta un trasteo que no pasó de tirar unas cuantas líneas. Un arreón de manso hacia tablas desengañó al sevillano del esfuerzo y se fue tras de la espada no sin pasar sus fatiguitas para dejar el estoque.El cuarto fue una prenda. Orientado desde su salida por chiqueros, a punto estuvo de llevarse a Morante por delante al intentar recogerlo de capote. No mejoró la condición del toro y el de La Puebla del Río no quiso verlo ni lidiarlo. La gente se enfadó.Ginés Marín llegó a Bilbao a última hora para cubrir la baja de Andrés Roca Rey. No tuvo suerte con su primero, un animal orientado que sabía siempre lo que se dejaba detrás. Firme Ginés, sin volver la cara al pupilo de los hermanos Lozano. El sexto no mejoró el lote de Ginés. Muy bajo de raza, reponiendo entre pase y pase, el joven torero se la jugó a base de bragueta y sitio. Muy agarrado al piso y mirón, el de Alcurrucén nunca quiso seguir con claridad las telas. A base de aguantar y tragar parones, Marín sacó una tanda en redondo y otra a pies junto por el mismo pitón de mucho mérito. Como las manoletinas finales, ajustadando al filo. Justificó con creces su inclusión en las Corridas Generales. Un pinchazo hondo y un descabello pusieron firma a su actuación. La vuelta sonó a reconocimiento unánime de la afición bilbaína.

FICHA DEL FESTEJO

Bilbao, miércoles 24 de agosto de 2016. 4ª de Feria. Tres cuartos de plaza.

Toros de Alcurrucén, el quinto como sobrero. Encierro bien presentado y de juego muy desigual aunque con la falta de raza como común denominador. Manso y reservón el primero; bravo el segundo, 'Atrevido', Nº 70, 540 kg, 10/11, premiado con la vuelta al ruedo; descastado y reponedor el tercero; mansos y deslucidos cuarto y quinto bis; Manejable pero sin romper el sexto.

Morante de la Puebla, silencio y pitos.

Diego Urdiales, dos orejas y silencio.

Ginés Marín, que sustituía a Roca Rey, saludos y vuelta.