"Nosotros estamos al menos mejor que otros, no quiero decir nada eh. Saben ustedes que hay quien por ahí no lo está pasando bien...Este día en el que vivimos, por un lado, ayer, el desafío de nuevo fantasioso una vez más del Parlamento catalán, que anda a lo suyo, si la sociedad va por un lado, el país va por otro lado, ellos están en la ficción de los referéndums, de la independencia y de estas zarandajas, que se acaban en cuanto eso choca con la ley...Hoy el asunto, el hombre al que hay que seguir, es al portero de la sede de la calle Ferraz de Madrid del PSOE. Porque como saben ustedes, hay fuera unos cuantos que quieren entrar y dentro unos cuantos que no quieren salir. Y el de la puerta que es el que dice quién entra, quién no sale, a mi porqué me habéis metido en este lío. Porque lo del Partido Socialista... ríanse ustedes de la Guerra de las Galaxias.En estas estaba la conjura, es decir, el levantamiento, es decir, la apuesta de unos cuantos miembros de la Ejecutiva preparada y necesitaban la señal. Y la señal, como en el golpe de los coroneles en Portugal en el 74 fue una canción de Jose Afonso que llamaba Grandola, Vida Morena. Y entonces salieron todos y se acabó el salazarismo de Portugal. Y aquí ayer la señal fue las palabras de Felipe González sobre Pedro Sánchez: "Pedro Sánchez me engañó".Parece que en ese momento todas las fuerzas que se habían organizado comenzaron a manifestarse en una renuncia por parte de una serie de miembros capitaneados, ligados, ensamblados, a decir de quienes conoce el proceso, por Susana Díaz, la que parecía que durante este tiempo había estado quieta o inoperante, en realidad estaba preparando una acción que consistía en algo que contemplan los estatutos, y es que una Ejecutiva se puede tumbar si un número mayoritario de los mismos dimite y obliga a dimitir al secretario general.Pero el secretario general no estaba por esa labor y ayer se atrincheró en su puesto, lo cual es visto hoy por muchos analistas de diferente manera: unos cuantos, la mayoría, le censuran por ello, otros pueden comprender que intente hasta el últimos suspiro defender lo que él considera su legalidad. Es decir, lo que también, en una lectura del artículo 36, le ampararía. El caso es que ni con agua caliente, ni con lanzallamas, ni con expertos en evacuación de edificios, Pedro Sánchez ha dejado la nave central. Yo creo que ha dormido en realidad en su sillón y en su despacho y ha puesto en marcha a un elemento que en los últimos tiempos en el PSOE tiene mucha trascendencia, que es el cerrajero. Ya cambió algunas cerraduras en el caso de Tomás Gómez, pues el mismo. Esta guerra autodestructiva del Partido Socialista no sabemos exactamente a donde va a llevar, si esto hace que el Comité Federal del sábado sea la puntilla definitiva o sea de verdad el paso a un Congreso Extraordinario para llamar a la militancia, que es lo quiere Pedro Sánchez. ¿Es un gesto de populismo llamar a la militancia? Pues posiblemente sí. La militancia odia al PP todavía más que él, o casi tanto como él. Es más radical, y él se sentiría amparado por ella y podría seguir adelante. Mientras tanto, la verdad es que el PSOE se desangra. ¿Qué sacamos en conclusión pase lo que pase en el Comité Federal, pase lo que pase en la Ejecutiva? Que seguramente no va a haber terceras elecciones, porque qué partido en su sano juicio se presenta ahora a las elecciones con una ruptura, con una herida en canal abierta absolutamente y sin un líder respaldado por toda la militancia. Tampoco da tiempo ahora a preparar cualquier otro. Las terceras elecciones son bastante improbables, pero no estoy capacitado para decirles cuál es la solución a todas estas situaciones. Hoy nos tenemos que hacer una pregunta: ¿Está muerto Pedro Sánchez? Si está muerto, ¿él lo sabe? ¿Tienen fuerza los que quieren enterrarlo, tanta fuerza como para meterlo bajo siete llaves y un ataúd de zinc? No soy capaz de darles a entender.  Vamos a ver si con el auxilio de mis compañero esta mañana podemos llegar a saber qué ha ocurrido para que todos los que le apoyaron en su día a Pedro Sánchez ahora estén en contra de él. Pedro Sánche surgió en aquel congreso y fue elegido porque le apoyó la federación andaluza para que no resultase elegido Eduardo Madina, a quien consideraban más lesivo para los intereses electorales del PSOE. Sin embargo ya han visto la deriva de Sánchez y han visto la reacción de los que en su día le apoyaron. ¿Hay que darlo por muerto a pesar de que esté muerto? Un símil muy interesante era el de Felipe González como puntillero, como Agapito el puntillero de Las Ventas: Nadie se atrevía a descabellar el toro, que estaba medio echado, ha llegado Felipe González con la puntilla y lo que ha hecho ha sido levantar al toro, y ahora está desafiando a quien quiera matarlo. Y el portero en medio, porque lo mejor es el portero, mirando para atrás diciendo "¿don Pedro a quién dejo entrar?", y los de fuera diciendo "escúchame, Manolo, que yo llevo aquí mucho tiempo, ¡no me vas a impedir que entre ahora mismo en la sede!, y los de atrás diciéndole "Manolo, que no pase ni uno". Con esta situación estamos cerca del esperpeto de un partido fundamental para la estabilidad en España que ha tomado rumbo de populismo y que veremos si se puede corregir gracias a esta acción que disuelva o no la secretaría general que todavía ocupa Pedro Sánchez en un momento muy delicado, en el que la crisis de la socialdemocracia europea es evidente, no sabe exactamente hacia dónde va, algunos han querido reinventarla, como Manuel Valls o como quiso hacer Tony Blair en su día, pero que está siendo víctima del empuje de los populismos de izquierda, y a veces cayendo también en los populismos de izquierda"."¿Hay que dar por muerto a Sánchez?"