Da inicio agosto y, con él, los dos grandes festivales musicales de la cornisa cantábrica: los de Santander y San Sebastián. Son dos de los más veteranos y prestigiosos encuentros musicales del país que, a pesar de vivir horas bajas como motivo de la devastadora crisis económica, mantienen un cierto interés en algunas de sus citas. Así como el festival cántabro sufrió unos recortes iniciales que hicieron temer por su continuidad hace unos años y, poco a poco –pero más rápidamente de lo que hubiéramos creído- va recuperando nivel, el vasco –que aguantó muy bien al principio de la crisis- va bajando de nivel.  El Festival Internacional de Santander abre su edición de este año celebrando el 50º aniversario de la Orquesta Sinfónica de RTVE tocando la música de I. Stravinsky y M. de Falla . Aunque casi sin grandes orquestas internacionales –un concierto de la Filarmónica de San Petersburgo, y encima con J. Perianes como solista, y la Filarmónica de Oslo para la clausura-, tiene cosas de interés en lo barroco, como la Accademia del Piacere o la Orquesta Barroca de Friburgo, y algunos grandes nombres internacionales, como el pianista G. Sokolov –que pasará también por S. Sebastián-, la mezzo A. Hallenberg o el Cuarteto Brodsky. A esto, podemos sumar el tostón del Concurso de piano Paloma O’Shea y un concierto muy para todos los públicos, con una excelente orquesta: la Sinfónica de Castilla y León dirigida por Jordi Bernácer, tocando música de cine. Un festival variado y de apreciable nivel.  La Quincena Musical Donostiarra, el más antiguo de los festivales musicales de España, es una quincena que se alargó –sin perder su nombre- a mes, y con la crisis ha vuelto a quincena, pero no lo quiere reconocer: hasta la ópera del día 13, se ubican rellenos más o menos interesantes (el fantástico ciclo de órgano, el de música antigua) pero que, en realidad, son minifestivales temáticos de mero picoteo. La Quincena de verdad no comenzará hasta el día 13 con una ópera: “Tosca” de Puccini, que va a dirigir el maestro Gómez Martínez. También pasará por allí la Filarmónica de San Petersburgo, pero, además de dar el consabido concierto con Perianes, da un segundo con la estrella de la casa: el Orfeón Donostiarra. Igualmente, acompañará más adelante al Orfeón la Sinfónica de la Radio de Colonia. Y, como Santander, clausurará con la Filarmónica de Oslo.  Novedades discográficas.- Telemann por partida doble en el sello hiperconómico Brilliant. Primero, una inesperada grabación de las magníficas 12 fantasías para violín solo del autor, que no alcanzan las partitas de su colega Bach, pero quedan cerca. Las interpreta el violinista barroco de la casa, Federico Guglielmo. Adelanta por la izquierda a Augustin Hadelich (Naxos) y, con más trabajo, a Rachel Podger (Chanel Classics), quedando cerca de la referencia absoluta: Andrew Manze, en Harmonia Mundi. Y del violín pasamos a su prima mayor, la viola de gamba. El mismo sello saca una caja de cinco discos con todas las sonatas y conciertos para viola de gamba de Telemann, interpretados por Cristiano Contadin a la viola da gamba y el Opera Prima Ensemble. Sólo un disco y medio es de conciertos, el álbum es mayormente sonatas de cámara, pero siempre con el encanto de Telemann.  Y, para terminar, volvemos al violinista de antes: Federico Guglielmo, que, con su conjunto L’arte dell’Arco, sigue grabando las obras con opus de Antonio Vivaldi. Le llega el turno ahora a la Op. 4: los 12 conciertos para violín y orquesta “La Stravaganza”. Un álbum doble no tan arriesgado y generoso como otros de la serie, pero bien llevado. Así, a estos músicos no les queda por grabar, si no nos fallan las cuentas, no más de cuatro opus vivaldianas y, además, han grabado también todos los conciertos de oboe y de cello del famoso compositor veneciano.Comienzan los festivales de Santander y San Sebastián