La culpa la tienen las circunstancias. “Interés científico hay, pero cuesta mucho dinero llegar a ella”, explica el experto en ciencia, Jorge Alcalde. “Hoy en día seria prácticamente imposible volver a plantear una exploración como aquella. Hubo que gastar durante los años 50 y 60 un 0,2% del PIB de los EEUU, algo impensable en estos momentos".
Carlos González, miembro de los equipos del proyecto ‘Apolo’ de la Estación de la Nasa en 'Fresnedillas de la Oliva' recuerda el papel crucial que jugó en aquella noche única. “Debía de asegurar que las telecomunicaciones no se perdían, que la señal de mis receptores era la de mejor calidad y de mas potencia, de que el transmisor no fallaba y de vigilar los grabadores que reflejaban los latidos de los astronautas o su presión sanguínea”, explica en La Mañana.
En aquel momento Fresnedilla se convirtió en un repetidor de la señal para el resto del mundo. “Fue un momento crucial. Lo que apenas se conoce es que desde que el modulo lunar se despega del modulo de mando y hasta que toca la luna, las únicas estaciones que lo siguen son las de Madrid, Fresnedilla y Robledo de Chavela. Si fallábamos se quedaban haciendo su intento de aterrizaje sin tener comunicación con Houston y hu8biera sido horroroso”.
Carlos recuerda como los problemas de Neil Armstrong con la mochila de supervivencia hicieron que sus pulsaciones subieran más que en ningún otro momento.
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España, clave en la llegada del hombre a la luna