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Limpieza y evacuación del hospital

El Carlos III preparado para atender con "máxima seguridad" a Miguel Pajares

El hospital Carlos III de Madrid se prepara para recibir en las próximas horas al misionero español infectado de ébola con las "máximas medidas de seguridad", según han indicado fuentes del Ministerio de Sanidad, y los trabajadores del centro aguardan la llegada del paciente, unos con inquietud y otros más tranquilos.

El hospital Carlos III de Madrid. EFE

El hospital Carlos III de Madrid. EFE

cope.escope.es

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 09 may 2017

"Nadie está preparado para esto", comenta un sanitario a la salida del hospital.Pasada la una y media de la tarde se conocía oficialmente que el religioso Miguel Pajares, que ha contraído el ébola en Liberia, será ingresado en el Carlos III cuando sea repatriado a España en las próximas horas.Sin embargo, desde primera hora el Carlos III -hospital de infecciosos de referencia en la Comunidad de Madrid hasta el pasado mes de enero, cuando pasó a ser dependiente de La Paz- se preparaba para recibir al paciente, como han asegurado muchos empleados del edificio del turno de mañana -que no han querido identificarse- cuando salían de trabajar. Así lo han asegurado dos empleadas del servicio de limpieza, que siempre trabajan en el hospital de Cantoblanco y que hoy han recibido la instrucción de ir al Carlos III para ayudar en las labores de limpieza de la planta sexta, donde supuestamente quedará ingresado el misionero.No es lo único que se ha preparado durante la mañana en el centro sanitario, según otro trabajador, que ha dicho que durante toda la jornada han ido preparando diverso material de seguridad y limpieza; y de hecho, alrededor de las 15.30 un camión descargaba contenedores de plástico especiales para recoger residuos biológicos.Junto a estos preparativos, otros: los de los profesionales que trabajan habitualmente en el Carlos III y que hoy recogían sus documentos y enseres personales y se los llevaban en sus coches, dado que el hospital tiene que ser completamente evacuado de pacientes y de parte del personal. Y rompiendo también la rutina se encontraban a las puertas del centro sanitario numerosos medios de comunicación, para dar cuenta de los preparativos para recibir el primer caso de ébola en España. Varios trabajadores mostraban tranquilidad, apelando a la profesionalidad de quienes trabajan en este centro y a su alto grado de especialización, puesto que durante muchos años ha sido el hospital de referencia para casos infecciosos. Uno de ellos aseguraba que todo el personal, desde los celadores hasta los médicos, están altamente cualificados y ya tienen experiencia en otros casos de enfermedades infecciosas, como la tuberculosis, la gripe aviar, la gripe porcina o enfermedades tropicales. Otros, en cambio, no ocultaban su "miedo absoluto" ante los periodistas. "Nadie está preparado para esto. Lo están tratando como si fuera una gripe o un sarampión", se quejaban dos trabajadores, que insistían en que en el hospital no se está preparado para una enfermedad de esta magnitud.Igual que ellos, otra empleada acababa su turno visiblemente nerviosa, y con ironía aseguraba: "La preparación es excelente, como en la NASA".Quien entre a trabajar en el hospital recibirá instrucciones precisas para desarrollar su labor, y por ejemplo todo aquel que entre en contacto con el área donde será ingresado el paciente deberá despojarse de su ropa una vez que salga de la habituación, uniformes que se meterán en una esclusas que van a dar a unos cubos especiales, que serán cerrados herméticamente y recogidos por una empresa especializada que se encargará de su incineración, según relataba un trabajador.En todo caso, muchos de los empleados han puesto el acento en que el hecho de que traigan a este paciente al Carlos III "da la razón" a quienes criticaron que este hospital dejase de ser centro de referencia de infecciosos, porque la práctica demuestra, a su juicio, que la instalación está preparada y su personal altamente especializado para asumir esas emergencias. El goteo de ambulancias que entraban en el aparcamiento del Carlos III (hasta media docena de una tacada) evidenciaba esta tarde que se iba a iniciar el traslado de pacientes al cercano hospital La Paz.Algunos familiares de pacientes han optado por hacer ellos mismos el traslado en sus vehículos. Por ejemplo, la familia de un enfermo de 87 años que necesitaba oxígeno. "Venimos a por un enfermo, que lo echan", explicaba en el control entrada."No tienen habitaciones en La Paz y lo van a dejar sentado en un sillón", añadía.Una fisioterapeuta se mostraba contrariada porque mañana tendría que ir a trabajar a La Paz a las siete de la mañana en vez de hacerlo en el Carlos III. "¿No sé dónde podré aparcar allí?", se preguntaba.El virus del ébola estaba presente en todas las conversaciones. Dos jóvenes del Centro Nacional de Investigación Cardiológica (CNIC), pegado al hospital, hablaban en la parada del autobús sobre el asunto. "Mi mamá ha visto en la tele que lo van a traer aquí y le he dicho que qué iba a hacer yo, que estaría aislado". Tan enfrascadas estaban que al subir al autobús una de ellas se dejó el móvil en el banco de la marquesina y tuvo que volver a por él.

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