Tras la clasificación de Barcelona y del Alavés para la final de la Copa del Rey comienza el lio de todos los años para elegir la sede de la final. Los vitorianos prefieren jugar en San Mamés, el Barcelona en el Camp Nou y de fondo sigue el Bernabéu, aunque el Real Madrid no se sale de su discurso de "no albergar finales".El Alavés desea disputar su primera final de la competición en Bilbao, en el Nuevo Estadio de San Mamés, tanto por cercanía entre ambas ciudades como por aforo, en el campo entran perfectamente todos sus socios. Las instituciones alavesas también ven con buenos ojos que el partido se juegue en el estadio bilbaíno. Si no puede ser este, el club, según anunciaba el presidente a COPE, valoraría tanto el Vicente Calderón como el Camp Nou.Por su parte, el Barcelona no descarta ningún escenario ni quiere postularse públicamente por uno por el momento. En la reunión entre ambos equipos y la Federación que se producirá la próxima semana tiene previsto proponer tres premisas: máximo aforo posible, buena oferta hotelera y cómodo desplazamiento. El estadio con el mayor aforo disponible es el Camp Nou, la opción preferida por el vestuario azulgrana. Si el Alavés se aviene a ello la final podría disputarse en el coliseo blaugrana como se hizo en el año 2015 con el Athletic de Bilbao. Si el conjunto vitoriano prefiere un terreno de juego neutral se reducirían las posibilidades. De momento, el Athletic de Bilbao no ha pedido la organización de la final y hay muy pocas posibilidades de que el partido se dispute allí porque tres días después de la fecha prevista, el 30 de julio, San Mamés albergará un concierto de Guns&Roses. Además, el Ayuntamiento de la ciudad tampoco se ha mostrado muy dispuesto a solicitarlo. El único hasta hora en ofrecer su estadio para albergar la final ha sido el Atlético de Madrid. Sin embargo, la afición rojiblanca no quiere que el partido tenga lugar en su estadio. A los motivos deportivos y políticos se une el sentir de muchos colchoneros que consideran que el último encuentro en el Calderón debe jugarlo su equipo.