Egipto ha despedido a los muertos de la masacre tras el violento desalojo de las acampadas que mantenían los opositores al golpe militar en la capital, mientras siguen los incidentes que las autoridades han prometido combatir con mano dura. Entre lágrimas y rezos, miles de seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi se congregaron ayer en la mezquita de Al Imán, en el este de El Cairo, para despedir a sus fallecidos. Para hoy han convocado la llamada "marcha de la ira" con la que quieren recordar a los fallecidos. Decenas de cadáveres envueltos en sábanas blancas estaban hacinados en ese y otros templos del país, según confirmaron a Efe fuentes de los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militaba Mursi hasta acceder a la Presidencia en junio de 2012. En la cairota plaza de Rabea al Adauiya, el principal bastión islamista donde estaban las tiendas de campaña arrasadas, la mezquita también fue objeto de las llamas y presentaba un aspecto desolador entre los escombros que las excavadoras se afanaban por retirar.En paralelo, también se ha oficiado el funeral oficial por los 43 policías muertos en los disturbios, en una ceremonia a la que acudió, entre otros, el ministro egipcio de Interior, Mohamed Ibrahim.La situación está lejos de tranquilizarse, después de que se hayan sucedido nuevos actos violentos en distintas partes del país, a pesar del estado de emergencia durante un mes y el toque de queda por la noche decretados por las autoridades. Ante esta situación, que ha suscitado la preocupación de la comunidad internacional, el Ministerio de Interior ha dado instrucciones a sus fuerzas para que usen munición real frente a cualquier ataque contra las instituciones del Estado. El ministerio dice que ha tomado esa decisión "por los ataques terroristas de los Hermanos Musulmanes contra instituciones y la policía, sus intentos de apoderarse de armas y el corte de caminos para sembrar el caos". Por su parte, el Consejo de Ministros ha destacado que las medidas de excepción impuestas se aplicarán según evolucione la situación de seguridad. Así, en la ciudad turística de Sharm el Sheij, en la costa del mar Rojo, las autoridades egipcias levantaron el toque de queda impuesto ayer en 14 de las 27 provincias del país.El Ejecutivo ha reiterado que está decidido a cumplir el plan de transición trazado después del golpe militar del pasado 3 de julio y que estipula la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias, y la reforma constitucional. Entretanto, el presidente interino, Adli Mansur, ha aceptado la dimisión del vicepresidente de Relaciones Exteriores, Mohamed el Baradei, que presentó su renuncia en protesta por el derramamiento de sangre. El primer ministro, Hazem al Beblaui, ha condenado los últimos ataques contra varias iglesias y ha telefoneado al patriarca de la iglesia ortodoxa copta, Teodoro II, para mostrarle su solidaridad.  En el plano judicial, un juez ha interrogado a Mursi en el lugar desconocido en que el se encuentra retenido desde su derrocamiento, y ha ordenado renovar por otros quince días la prisión preventiva que pesa sobre él y el dirigente de los Hermanos Saad Katatni. El mandatario depuesto está acusado de colaborar con el movimiento islamista palestino Hamás para perpetrar "acciones enemigas contra el país" y del asesinato y secuestro de policías y reos durante el asalto a una cárcel. REACCION DE LA COMUNIDAD INTERNACIONALPor su parte, los embajadores de los países de la Unión Europea (UE) se reunirán el próximo lunes para analizar la crisis desatada en Egipto y estudiar un posible encuentro extraordinario de los ministros de Exteriores de los Veintiocho. La reunión del lunes, en la que participarán los embajadores comunitarios del Comité Político y de Seguridad (COPS), servirá para "analizar la situación que se desarrolla en Egipto y coordinar la posición y posibles acciones de los Estados miembros y de la UE", según ha dicho a Efe un portavoz de la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton.Ashton condenó el miércoles la violencia en Egipto y advirtió del incierto futuro que se presenta para el país si gobierno y oposición no abren un proceso político para restaurar las estructuras democráticas. "La violencia de hoy, la declaración del estado de emergencia y la dimisión del vicepresidente Mohamed el Baradei no crean el clima adecuado para que esto ocurra", alertó en un comunicado. Según la representante europea, "sólo un esfuerzo concertado de todos los egipcios y la comunidad internacional podría llevar al país de vuelta al camino de una democracia inclusiva y a superar los desafíos" actuales.Ashton ha viajado varias veces a Egipto desde el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi para tratar de mediar entre los distintos grupos políticos, unos esfuerzos en los que ha tenido especial protagonismo el representante especial de la UE para el Mediterráneo Sur, Bernardino León.Bruselas se había mostrado en todo momento en contra de las intenciones de las autoridades egipcias de desmantelar por la fuerza los campamentos de los Hermanos Musulmanes y había pedido "que se garantice el derecho de expresión mientras las manifestaciones sean pacíficas".