Para Calderón este maltrato recíproco lo ha creado la propia sociedad "que facilita la patología y donde lo importante es el yo y mi felicidad. Los demás nos estorban y pueden ser tanto nuestros hijos como nuestros padres".
Insta a quien lo sabe a no permanecer callado. "Si lo oyes no puedes permanecer impasible, te conviertes en cómplice. No puedes ponerte la almohada encima de la cabeza porque hoy alguien que está sufriendo y las consecuencias van a ser terribles".
Calderón recomienda atajar este asunto con escuelas de padres y psicólogos especializados "porque hay gente que no sabe manejar la ansiedad y lo paga su hijo o el más débil".
Cuando maltratar a tu hijo o a tu padre se convierte en algo habitual