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Críticas de los estrenos de cine del 4 de octubre

Análisis de los estrenos de cine de esta semana: Jerónimo José Martín comenta “Gravity”, “Runner, Runner”, “La herida”, “Zipi y Zape y el Club de la Canica”, “Un pez fuera del mar”, “Mi primera boda”, “Gloria” y “Peligrosamente infiltrada”.

Críticas de los estrenos de cine del 4 de octubre

Críticas de los estrenos de cine del 4 de octubre

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Tiempo de lectura: 10'Actualizado 27 may 2017


GRAVITY **** (9)

FICHA TÉCNICA.- Director: Alfonso Cuarón. Intérpretes: Sandra Bullock, George Clooney. Guion: Alfonso Cuarón y Jonás Cuarón. EE.UU. 2013. Ciencia-ficción. 93 min. Jóvenes.

Ryan Stone (Sandra Bullock) es una ingeniera médica en su primera misión en un transbordador espacial, al mando del veterano astronauta Matt Kowalski (George Clooney), que realiza su último vuelo antes de retirarse. La misión de Stone es instalar un nuevo sistema de escaneado al telescopio Hubble. Pero, por efecto de la basura generada por un satélite soviético obsoleto, la lanzadera se destruye, dejando a Stone y a Kowalski totalmente solos e incomunicados, girando en la oscuridad infinita. El miedo se convierte en pánico cuando cada bocanada va terminando con el poco oxígeno que les queda. El único modo de volver a casa es intentar llegar a la Estación Espacial Internacional (ISS) con los limitados propulsores de sus mochilas.

Tras dirigir películas de la talla de “La princesita”, “Harry Potter y el prisionero de Azkabán” e “Hijos de los hombres”, el cineasta mexicano Alfonso Cuarón ha estado siete años sin dirigir para atender a su hijo pequeño, Olmo Teodoro, que padece autismo. Ahora, ha regresado a lo grande con “Gravity”, una obra maestra de la ciencia ficción y los efectos 3D, que ha escrito con su hijo mediano, Jonás. A través de la angustiosa odisea de los dos astronautas protagonistas —maravillosamente interpretados por Sandra Bullock y George Clooney—, Cuarón articula una preciosa parábola sobre la fragilidad y la fortaleza humanas, el instinto de supervivencia, la capacidad de superación ante las adversidades y el sentido del sacrificio, abierta además a la trascendencia a través de sutiles detalles de ambientación —una estampa de San Cristóbal, una pequeña estatua de Buda…— y de una conmovedora declaración de la agnóstica ingeniera Stone ante su posible muerte inminente.

Todo ello lo expone Cuarón a través un esmerado tono hiperrealista, que suaviza la tragedia con inteligentes golpes de humor, y que sólo rompe en breves interludios oníricos, muy arriesgados pero eficaces y oxigenantes. En cuanto a la puesta en escena, sobresalen varios antológicos planos-secuencia, en los que la cámara danza a lo “2001. Una odisea en el espacio”, y dotados de concisión y sustancialidad narrativa, una progresiva intensidad dramática y una belleza visual apabullante, en la que Cuarón aprovecha al máximo unos efectos estereoscópicos sencillamente impresionantes. Además, la magistral fotografía de Emmanuel “Chivo” Lubezki —¡qué uso de la profundidad de campo!— y la sensacional banda sonora de Steven Price refuerzan todavía más las fortísimas emociones que tal despliegue visual genera en el alucinado espectador, que se siente en todo momento con el corazón en un puño, tan perdido en el espacio como los personajes. Desde ya cabe afirmar que si Alfonso Cuarón y Sandra Bullock no compiten en los próximos Oscar será una injusticia manifiesta. J. J. M.



RUNNER, RUNNER *** (6)

FICHA TÉCNICA.- Director: Brad Furman. Intérpretes: Ben Affleck, Justin Timberlake, Anthony Mackie, Gemma Arterton, Oliver Cooper. Guion: Brian Koppelman y David Levien. EE. UU. 2013. Thriller. 91 min. Jóvenes-adultos.

Después de trabajar un tiempo en Wall Street y sufrir allí el desplome de los mercados, el inteligente Richie (Justin Timberlake) intenta graduarse en la Universidad de Princeton. Pero necesita dinero, se juega todo el que tiene en una partida de póker por Internet y lo pierde. Él cree que ha sido timado, de modo que viaja a Costa Rica para enfrentarse al magnate de los juegos online Ivan Block (Ben Affleck). Pero una vez allí, Richie se ve seducido por las promesas de inmensas riquezas de Block y por la belleza de su sofisticada jefa de operaciones Rebecca Shafran (Gemma Arterton). Hasta que el joven se da cuenta de los inquietantes secretos de su benefactor. Cuando el FBI trata de coaccionar a Richie para que les ayude a arrestar a Block, deberá jugar la partida de su vida: ser más hábil que las dos fuerzas que se le vienen encima.

Éste entretenido thriller quiere parecerse a las películas de la saga “Ocean’s Eleven” —de hecho, sus guionistas, Brian Koppelman y David Levien, escribieron “Ocean’s Thirteen”—, pero nunca llega a su nivel. Por un lado, la realización de Brad Furman (“The Take”, “El inocente”), aunque ágil, es demasiado rutinaria y carente de personalidad propia. Por otro, los actores de “Runner, Runner” no tienen la calidad ni el carisma de los estelares repartos que reunió Steven Soderbergh. Además, aquí el tono es mucho más violento, y más zafio en su tratamiento del sexo. Y, por supuesto, el guion es mucho más tópico y tosco, y menos divertido. De todas formas, la película se deja ver, subraya los peligros de las modernas ludopatías tecnológicas y reincide en una crítica lúcida del modelo yuppie de triunfo a cualquier precio. J. J. M.



LA HERIDA ** (5)

FICHA TECNICA.- Director: Fernando Franco. Intérpretes: Marian Álvarez, Manolo Solo, Luis Callejo, Andrés Gertrúdix, Rosana Pastor, Ramón Barea. Guion: Fernando Franco y Enric Rufas. España. 2013. Drama. 98 min. Adultos.

Ana (Marian Álvarez), de 28 años, se siente útil y satisfecha con su rutinario trabajo como auxiliar de ambulancia. Pero tiene serios problemas para relacionarse fuera de su jornada laboral, de modo que se muestra torpe, e incluso agresiva, con las personas más cercanas y queridas. Ana no puede controlar este comportamiento, ni sus emociones, por las que sufre y se atormenta, sintiéndose culpable. Poco a poco, su conducta se va haciendo cada vez más autodestructiva, llegando a autolesionarse y sintiéndose cada vez más aislada. Ana padece lo que los psiquiatras llaman trastorno límite de la personalidad, o conducta borderline. Pero ella no lo sabe.

“La herida” es el depresivo y tedioso primer largometraje como director del montador español Fernando Franco (“Blancanieves”), que ha ganado el Premio Especial del Jurado y la Concha de Plata a la mejor actriz en el reciente Festival de San Sebastián 2013. Ciertamente, Marian Álvarez realiza una elogiable composición de su atormentado y enfermo personaje, e incluso consigue meter al espectador dentro de su mente. Pero, más allá de este logro —que puede tener su valor social y divulgativo—, la película aporta muy pocas cosas. No hay arco de evolución de la protagonista, ni algún apunte sustancial sobre las causas y posibles soluciones de su dolencia, ni conflictos relevantes en los personajes secundarios... Se hilvanan sin más incómodas o violentas situaciones cotidianas, rodadas además con una descuidada desgana —interminables planos secuencia cámara en mano— y con una desagradable sordidez, quizás para potenciar su verismo. Cuando, en realidad, tal pildorazo de sufrimiento, sin algún apunte de calidez humana o de humor que lo alivie, acaba por resultar artificioso y, desde luego, agotador. Lo único que genera es una cierta intriga sobre si al final la protagonista se suicidará o no, y de qué manera. J. J. M.




ZIPI Y ZAPE Y EL CLUB DE LA CANINA *** (6,5)

Ficha técnica.- Director: Oskar Santos. Intérpretes: Raúl Rivas, Daniel Cerezo, Javier Gutiérrez, Álex Angulo, Javier Cifrián, Claudia Vega, Marcos Ruiz, Christian Mulas, Fran García. Guion: Jorge Lara y Francisco Roncal, basado en los personajes creados por José Escobar. España. 2013. Aventuras. 92 min. Todos.

Tras catear varias asignaturas, los preadolescentes y traviesos hermanos Zipi (Raúl Rivas) y Zape (Daniel Cerezo) son enviados a pasar el verano en el colegio Esperanza, un exigente centro educativo en medio del campo y dirigido con mano de hierro y parche en el ojo por el temible Falconetti (Javier Gutiérrez). Pronto descubren que es un lugar donde jugar está prohibido. Allí fundarán el Club de la Canica, la resistencia infantil que desafía a los autoritarios adultos. Con inteligencia, valentía e inquebrantable fe en la amistad, Zipi y Zape descubrirán un misterioso secreto que se oculta en el colegio, con la ayuda de otros alumnos rebeldes y de la temeraria Matilde (Claudia Vega), sobrina de Falconetti.

Después de apuntar buenas maneras en el thriller “El mal ajeno”, le ha quedado bastante bien su segundo largometraje al bilbaíno Oskar Santos, conocido sobre todo por sus trabajos televisivos. Se trata de una generosa producción familiar, basada en los populares personajes de tebeo, que creó en 1948 el barcelonés José Escobar para la Editorial Bruguera. El entretenido guion obvia a los divertidos padres de la pareja —Don Pantuflo Zapatilla y su esposa Jaimita— y a su sufrido profesor Don Minervo, y relata las andanzas veraniegas de Zipi y Zape con un tono y un estilo más cercano a “Los Goonies” o a la saga “Harry Potter” que al gamberro desmelene de los tebeos de Escobar. En este sentido, los incondicionales de las historietas se echarán las manos a la cabeza.

En todo caso, la trama en entretenida, incluye situaciones y diálogos hilarantes, exalta virtudes como la valentía, la lealtad y el trabajo en equipo, y sólo debilita su tono familiar con algunas palabrotas, que deberían haberse evitado. Por su parte, Oskar Santos articula una vistosa y fluida puesta en escena, con imaginativos efectos visuales, en la que aprovecha cada euro invertido. Y todos los actores cumplen con creces, dentro del premeditado histrionismo de sus interpretaciones. Como pasaba en la saga “Harry Potter”, quizás la mejor interpretación la realiza “la chica”, Claudia Vega, tal vez porque su personaje es el que está dotado de más personalidad y matices dramáticos. Al conjunto le falta un poco de chispa y gracia, pero resulta una notable película para todos los públicos, que puede tener éxito en taquilla y abrir así nuevos caminos argumentales para el cine español. O, más bien, consolidarlos, pues los llevan abriendo desde hace años películas animadas como “El Cid”, “Planet 51”, “El lince perdido”, “Las aventuras de Tadeo Jones” o la reciente “Justin y la Espada del Valor”. J. J. M.

UN PEZ FUERA DEL MAR (SeeFood) *** (6)

FICHA TÉCNICA.- Director: Aun Hoe Goh. Guion: Jeffrey Chiang. Dibujos animados. Malasia. 2011. Aventuras. 92 min. Todos.

Los cazadores furtivos roban docenas de huevos de tiburón de un arrecife sin que puedan evitarlo el pequeño pez Pup y su amigo el bondadoso tiburón Julius. Pup se arma de valor y decide lanzarse al rescate de sus hermanos, aunque para ello deba enfrentarse a un gran desafío: salir a la superficie, al temible mundo de los seres humanos. Un lugar desconocido, bello pero peligroso, y más emocionante de lo que podría imaginar. Preocupado por Pup, Julius se embarca en su propia aventura para traer de vuelta a su mejor amigo. Unidos, lucharán contra los malvados cazadores para preservar la riqueza de los mares.

Coproducida por Al Jazeera Children’s Channel para el Estudio Silver Ant, esta ambiciosa producción malaya de animación imita el tono y estilo de “Buscando a Nemo” para contar una bonita historia de amistad y concienciación ecológica. En este su primer largometraje, Aun Hoe Goh mantiene un alto nivel de animación digital, con esmerados fondos y una gestualidad muy expresiva. Sin embargo, el guion tiene problemas de ritmo, sólo esboza a los personajes, muchos de sus golpes de humor son malillos y resulta un poco ambiguo en sus mensajes de fondo. De todas formas, se trata de un producto digno y positivo, que gustará a los más pequeños. J. J. M.




MI PRIMERA BODA *** (6)

FICHA TÉCNICA.- Director: Ariel Winograd. Intérpretes: Natalia Oreiro, Daniel Hendler, Imanol Arias, Soledad Silveyra, Martín Piroyansky, Muriel Santa Ana, Gabriela Acher, Gino Renni. Guion: Patricio Vega, sobre una idea de Ariel Winograd. Argentina. 2011. Comedia de enredo 102 min. Jóvenes-adultos.

La católica Leonora (Natalia Oreiro) —mandona y extrovertida— y el hebreo Adrián (Daniel Hendler) —tímido, dubitativo y patoso— se disponen a casarse en una preciosa mansión campestre, cercana a Buenos Aires. Ella ha organizado al milímetro una fiesta clásica, con vestidos impecables, largas sesiones de baile y tarta de cuatro pisos. La única novedad prevista es que oficiarán al alimón la ceremonia religiosa un sacerdote católico (Marcos Mundstock) y un rabino judío (Daniel Rabinovich). La única incomodidad no prevista por el novio es que Leonora ha invitado Miguel Ángel (Imanol Arias), un cínico profesor español con el que ella tuvo una aventura en sus tiempos de estudiante. Y el marronazo no previsto por nadie es que el torpe Adrián pierde los anillos de la boda poco antes de que lleguen los oficiantes. Él se lo oculta a ella, retrasa la ceremonia como puede y busca los anillos aplicando los métodos más estrambóticos con la ayuda de su primo, el colgado Fede (Martín Piroyansky).

Los productores de la oscarizada “El secreto de sus ojos” y de la divertida “Un cuento chino” se apuntan a la moda de comedias en torno a bodas en este enredo del porteño Ariel Winograd (“Cara de queso mi primer ghetto”, “Vino para robar”), que gozó de un notable éxito en Argentina. Desde el primer momento, la convencional pero ágil puesta en escena se pone al servicio de un amplio elenco de magníficos actores, que encarnan muy bien a sus personajes, representativos de los principales arquetipos de la sociedad argentina. El guion les impone un tono disparatado e histriónico, a veces un tanto reiterativo y excesivo, pero eficaz en sus constantes golpes de humor, marcados por una ironía inteligente, llena de críticas sociales, que sólo resultan desagradables en unas cuantas groserías sexuales y concesiones a la ideología de género. En todo caso, el conjunto es más elegante y sutil que otras comedias similares estadounidenses o españolas, y acaba elogiando el matrimonio y criticando las visiones frívolas o sarcásticas del mismo. Además, a los aficionados al grupo cómico Les Luthiers les regala varias memorables diatribas en torno a la religión y la vida, a cargo de sus dos componentes más famosos: Daniel Rabinovich y Marcos Mundstock. En fin, un entretenimiento ligero, con pocas pretensiones, pero que sirve para pasar el rato y echarse unas risas sin demasiados sobresaltos. J. J. M.


GLORIA ** (4,5)

FICHA TÉCNICA.- Director: Sebastián Lelio. Intérpretes: Paulina García, Sergio Hernández, Diego Fontecilla, Fabiola Zamora, Coca Guazzini, Hugo Moraga, Alejandro Goic. Guion: Sebastián Lelio y Gonzalo Maza. Chile-España. 2013. Drama. 105 min. Adultos.

Separada, con 58 años y dos hijos adultos, Gloria (Paulina García) vive sola en su apartamento de Santiago de Chile. Para compensar el vacío, llena sus días de actividades variopintas, y por las noches se emborracha, se droga y busca el amor en el submundo de las fiestas para solteros adultos, donde sólo consigue perderse en una serie de aventuras sin sentido. Esta frágil felicidad en la que vive se altera cuando conoce a Rodolfo (Sergio Hernández), un hombre de 65 años, recientemente separado, que se obsesiona con ella. Gloria comienza un romance, pero éste se complica por la enfermiza dependencia de Rodolfo hacia sus hijos y su ex mujer.

A “Gloria” le pasa algo parecido que a “La herida”: que cuenta muy poca cosa sobre una mujer perdida, pero ofrece una notable interpretación femenina, aquí la de Paulina García, galardonada con el Oso de Plata en el Festival de Berlín 2013, donde el filme ganó también un más que sorprendente Premio del Jurado Ecuménico. La ha escrito y dirigido el chileno Sebastián Lelio (“La sagrada familia”, “Navidad”, “El año del tigre”), que desarrolla más a fondo los conflictos de los personajes y elabora un poco más la puesta en escena que Fernando Franco, pero, que, como él, cae en un tono lastimoso, cansino, reiterativo y sin una clara perspectiva moral sobre el inmaduro hedonismo de la protagonista. Con el agravante de que Lelio se regodea a menudo en un exhibicionismo sexual más morboso que patético. Mucho más sustancial para la trama es la selección de buenas canciones de Paloma San Basilio, Massiel, Donna Summer, Daniel Santos o Umberto Tozzi —su “Gloria”, claro— que incluye la banda sonora. J. J. M.




PELIGROSAMENTE INFILTRADA (So undercover) *** (6)

FICHA TÉCNICA.- Director: Tom Vaughan. Intérpretes: Miley Cyrus, Alexis Knapp, Joshua Bowman, Eloise Mumford, Jeremy Piven, Autumn Reeser, Megan Park. Guion: Allan Loeb y Steven Pearl. EE. UU. 2012. Comedia de acción. 94 min. Jóvenes.

Ex Hannah Montana, ahora en creciente desmelene, la popular cantante de Tennessee Miley Cyrus ya intentó convertirse en estrella de cine en comedias familiares como “Hannah Montana. La película” o “La última canción”, y en la tragicomedia juvenil “LOL”. Ahora intenta incluso iniciar una franquicia con “Peligrosamente infiltrada”, comedia de acción con planteamientos similares a los de las minisagas “Miss Agente Especial” —con Sandra Bullock de protagonista— y “Una rubia muy legal”, con Reese Witherspoon al frente del reparto.

Huérfana de madre desde muy niña, Molly Morris (Miley Cyrus) es una joven y curtida detective privada de Dallas, que trabaja en modestos casos de infidelidad con su padre Sam (Mike O’Malley), cuya adicción al alcohol y al juego les hacen perder casi todo el dinero que ganan. Para cubrir sus deudas, Molly acepta una peligrosa misión del agente Armon (Jeremy Piven), del FBI. Deberá introducirse en una pija hermandad femenina de la Universidad de Nueva Orleans y proteger a Alex (Lauren McKnight), la hija de un testigo protegido, que quizás tenga en su poder la principal prueba incriminatoria de un mafioso pendiente de juicio. Molly cambiará radicalmente de look y actitud, e intentará ganarse la amistad de Alex. Pero, en cuanto llega al campus, se enamora de Nicholas (Joshua Bowman), un atractivo estudiante de fuerte personalidad.

Los detractores de la ex chica Disney arremeterán sin piedad contra la película, pues en ningún momento oculta su condición de descarado vehículo de lucimiento de su protagonista. Pero lo cierto es que “Peligrosamente infiltrada” resulta un entretenido divertimento, dirigido con agilidad por el escocés Tom Vaughan (“Un chico listo”, “Algo pasa en Las Vegas”, “Medidas extraordinarias”), e interpretado con convicción por Cyrus y el resto de los actores. Además, su guion equilibra bastante bien la comedia ligera —con unos cuantos diálogos con chispa—, la acción no demasiado trepidante, la intriga policial, el romance convencional y una cierta crítica a la cultura de las apariencias, la moda sin alma y la corrupción. Todo ello, con alguna leve concesión a la corrección política dominante —ideología de género, trivialización del sexo…—, pero sin la gruesa zafiedad de otras comedias norteamericanas… o españolas, y con una elogiable exaltación de las relaciones paternofiliares, la responsabilidad afectiva y la amistad. No es poco para los tiempos que corren. J. J. M.



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