En el caso que unos padres se vean envueltos en una situación de estas características lo esencial es que el niño sufra lo menos posible. "Cuanto más planifiquemos el reparto de las vacaiones, más tranquilidad y armonía existirá", afirma Patricia Ramírez, psicóloga.
Otro punto importante en una situación así es el apoyo que el niño reciba tanto de la madre como del padre. "Los padres debemos desear cosas buenas a la relación de nuestro hijo con su padre o madre", explica la experta en motivación.
En ocaciones los hijos aprovechan la situación para hacer chantaje a los padres intentando sacar el máximo partido. En este caso lo ideal sería "tener una buena comunicación y establecer unos límites comunes en ambas casas".
"El niño debe entender que por encima de su voluntad hay dos personas adultas que son los responsables de su educación", señala Patricia.
Hacer partícipe al niño a la hora de informar a la otra parte sobre sus vivencias durante las vacaciones favorecerá a la situación. "Mantener al día al padre o madre de todo lo que hacen durante las vacaiones no debe ser una obligación pero una comunicación diaria ayudará a la relación entre las tres partes", concluye la piscóloga.
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Agosto con mamá y julio con papá