Excelencia Literaria - Publicado en 3 abril, 2024 por Excelencia Literaria
Guillermo Alonso
Ganador de la XIX edición
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Esperaba en el rellano del edificio, ataviada de negro como cualquier viuda de su edad. Rozaba la senectud, lo que certificaban sus delicadas facciones, los dobladillos en la piel y sus gafas de cerca. Dispuesta a emplear su mirada inocente, confiaba en que algún vecino, al verla, cual buen samaritano, le ayudase a cargar sus innumerables bolsas de tela.
Al poco escuchó unos pasos que descendían presurosos por las escaleras. Ella lo miró y él le devolvió la mirada. Era joven y estaba en la flor de la vida. Su ética le impedía abandonar a aquella pobre mujer con tantos fardos. Se llamaba Francisco.
-¿Quiere que le ayude? -preguntó, aunque se imaginaba la respuesta.
Ella asintió.
El chico cogió las bolsas y ambos comenzaron a ascender las escaleras. Él con vigor; ella arrastrando los pies y bien sujeta a la barandilla.
-¿Cuál es su piso?
-El cuarto -le respondió la mujer.
A ...
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