Entramos en la canícula veraniega. Los colegios se despiden hasta septiembre, los chavales de vacaciones y muchos de ellos en colonias que implican desembolsos familiares… ¡Necesitamos un poco de economía refrescante!

¿Por dónde empezamos?

El calor impone el ritmo de ventas animándose la de ventiladores y aire acondicionado. La ropa, o sea, el comercio textil prepara sus rebajas que prometen tras unos meses faltos de alegría compradora porque al verano le costaba llegar. Cobramos sueldos esta semana y además la paga: el consumo se excita y las vacaciones a la vista… ¡El gasto familiar inicia su efervescencia!

No todo es economía refrescante. Tenemos otras aristas…

Digamos que la economía ácida. Se cumplen 2 años desde que Reino Unido votó salir de la Unión Europea. Las dudas a nivel empresarial planean con fuerza

Airbus, que aporta 2.000 mm€ a las arcas del tesoro británico, está dispuesta a trasladar su actual producción en las islas hacia otros puntos de la Unión Europea, EE.UU. y China. Impacto brutal para la economía británica: Airbus tiene 14.000 empleos directos y 110.000 indirectos, gasta 5.000 mm€ en otras empresas británicas y aporta 9.000 millones al PIB británico

BMW seguiría sus pasos y son 8.000 los empleos que tiene en Reino Unido. Si BMW abandona Reino Unido no sólo se dará una bofetada económica, sino que habrá un severo golpe al orgullo británico: Rolls Royce es una marca de BMW y su futuro podría estar en Alemania.