Ayer hizo un día desabrido en buena parte de España, llovió y nevó en algunas ciudades. Y eso no detuvo a decenas de miles de manifestantes que salieron a la calle para pedir un blindaje de las pensiones y una subida de acuerdo al IPC. Protestas en las calles mientras el Gobierno negocia ya, según hemos podido saber, una subida de las pensiones más bajas. Rajoy, ayer ya en pre-campa electoral para las municipales, desde Marbella, aseguraba que el Gobierno va a subir las pensiones lo que pueda.

El Gobierno haría mal en no escuchar el malestar de los pensionistas. Es cierto que el sistema de pensiones no permite mantener la capacidad adquisitiva, que la pirámide de población juega en contra, que las cotizaciones son insuficientes, que hay que conseguir retrasar efectivamente la edad de jubilación. Pero no es menos cierto que hay pensiones especialmente bajas, la pensión media de viudedad es de 652 euros. Ya en 2011 el Pacto de Toledo recomendó la mejora de estas pensiones. La recaudación fiscal está subiendo sustancialmente y no es descabellado pensar en una fórmula de financiación vía impuestos. Las fuentes del Gobierno que hemos consultado nos cuentan que están trabajando en la mejora de estas pensiones más bajas, aunque no quieren dar cifras. Ya veremos en que queda el asunto.

Las dos plataformas de referencia durante las protestas han sido la Mesa Estatal para el Blindaje de las Pensiones y la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones. Se presentan como organizaciones de pensionistas sin una vinculación partidista clara. La Mesa Estatal para el Blindaje de las Pensiones está formada por casi 250 organizaciones, su portavocía la ejerce Joanem Cunyat, vinculado a Unificación Comunista de España y el Partido Recortes Cero, un partido minoritario de izquierda-izquierda.

La Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones tiene como portavoz a Victoria Portas, que en enero de 2017 participó en las elecciones internas de En Marea, la franquicia de Podemos en Galicia.

Quizás sea casualidad, pero al menos en sus portavocías, el movimiento que ha tomado las calles tiene como responsables a personas de izquierda-izquierda o del entorno de Podemos. Seguramente estamos ante un proceso de colonización ideológica de un malestar que tiene fundamento.

Con estos portavoces en el movimiento de pensionistas, es posible que los pensionistas pierdan el centro. Como ha perdido también ha perdido el centro el PSOE. No lo decimos nosotros, lo dicen los socialistas que fueron mucho en el partido y que han aprovechado la celebración de la Escuela de Buen gobierno organizada por Pedro Sánchez, escuela que se clausura hoy, para despedirse, o para formular sus críticas.

En plena Escuela de Buen Gobierno de Pedro Sánchez, uno de los mejores hombres que tiene el PSOE, Ramón Jáuregui, ha anunciado que se retira de la política. Pues es una pena. Ramón Jáuregui se marcha después de haber publicado hace unos días un artículo brillante en el El Pais. En ese artículo aseguraba que el PSOE se equivoca al disputar el voto de la izquierda y no el del centro. Jáuregui apostaba por el centro, por el reformismo inteligente y por un distanciamiento rotundo del nacionalismo independentista. Y se le va al PSOE. Una gran perdida.

Otros no se van, como Javier Solana, porque ya se habían ido, pero dejan claro que no es esto, no es esto Pedro. El viernes, Solana, uno de los grandes referentes del partido de la época de Felipe González, centrista también, dijo claramente que no estaba contento con el partido.

Solana criticó que el PSOE se hubiera levantado de la mesa de negociación sobre el pacto educativo. Seguramente el PSOE también el PSOE sobre una colinización ideológica de la izquierda-izquierda.