El cantautor Joan Manuel Serrat ha hecho unas declaraciones sobre el referéndum del 1 de octubre en las que ha señalado que la convocatoria no es transparente y que no puede representar a nadie. Aunque se muestra partidario de una consulta, ha puesto así de manifiesto los límites de esta iniciativa, y ha subrayado la gran fractura social que sufre Cataluña. Es absolutamente respetable que haya quien no se reconozca en el actual marco constitucional, pero ni la violencia ni situarse por encima de las reglas democráticas que nos hemos dado es tolerable.

Cataluña necesita recuperar la seguridad que sólo ofrece el marco de la ley. En ese marco, será preciso también renovar el esfuerzo de encontrarse, de dialogar entre quienes tienen una perspectiva y una sensibilidad diferentes. La gran herida que sufre la sociedad catalana se refleja en que a veces da la sensación de que la conversación es imposible.

Si el diálogo es ideológico está condenado al fracaso, si está basado en la experiencia cívica de lo que se comparte, es posible. Después del disparate al que han conducido los actuales gobernantes de la Generalitat, será posible reconstruir la confianza social en la medida en que los catalanes se sientan partícipes de un proyecto común renovado que no rompa con una historia de siglos.