La apuesta de la Iglesia por la vida en Europa cuenta con un nuevo apoyo público argumentado, la declaración de los obispos franceses en favor de la ayuda y el cuidado de las personas al final de su vida y las alternativas éticas a la eutanasia. Ante la proliferacion de legislaciones que abogan por la eutanasia en Europa, los obispos del país vecino recuerdan que matar, incluso por una supuesta compasión, no es una forma aceptable de pretender el bien de la persona, ni de dignificar la profesión médica. La idea de que el suicidio asistido es una opción personal, que afecta solo a quien lo solicita, es una noción falsa, tanto de la dignidad de la persona como de su relación con la sociedad a la que pertenece.

La declaración titulada “El fin de la vida: sí a la urgencia de la fraternidad”, reivindica la necesidad de una compañía más atenta, solícita y fraterna a las personas que se encuentran al término de su vida y que están pasando por momentos difíciles. Esto conlleva, entre otras medidas, la generalización de los cuidados paliativos, y que se prepare adecuadamente en estas técnicas a los miembros del personal sanitario implicados en este proceso.

En su mensaje advierten contra la normalización mediática de la llamada “muerte digna” y hacen un llamamiento a los parlamentarios y a la sociedad francesa, para que tomen conciencia de lo que está en juego y pueda construirse una sociedad fraterna, marcada por el cuidado de los más débiles y necesitados.