Por octavo año consecutivo, el Congreso de los Diputados ha rendido esta mañana un sencillo y merecido homenaje a las víctimas del terrorismo. Se ha venido haciendo siempre en este 27 de junio porque un día como hoy, de 1960, la banda terrorista ETA cometió su primer atentado y asesinó a una niña de 22 meses. En el Salón de los Pasos Perdidos los representantes de todos los partidos políticos han aplaudido los discursos de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y de Mari Mar Blanco, la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo.Las víctimas, como ha pedido Ana Pastor, han de ser el faro que ilumine a la Unión Europea en su lucha contra el terrorismo actual. Una sociedad con futuro tiene que saber reconocer lo mejor de lo que constituye su identidad más genuina. Y entre lo mejor está, sin duda, el testimonio de las víctimas del terrorismo: un testimonio abnegado, heroico en muchos casos, y que ha sabido no responder a la agresión con el ojo por ojo. Las víctimas, como ha escrito hoy Mariano Rajoy en la Tercera de ABC, son la referencia moral que simboliza la defensa de la libertad y del Estado de Derecho frente a sus enemigos. A las víctimas, que son un magnífico termómetro de la fibra moral que tiene una sociedad, les debemos la memoria, dignidad y justicia para que, entre otras cosas, sean ellas, quienes reconstruyan con verdad el relato de lo sucedido, y se lo cuenten a las generaciones futuras.