Se inicia la campaña electoral en Cataluña. El sondeo del CIS que hemos conocido hace unas horas atribuye a los independentistas, con una gran participación, una caída en intención de voto de algo más de tres puntos, lo que supone un desgaste después de todo lo sucedido. Esas fuerzas no obtendrían la mayoría absoluta y necesitarían el apoyo o la abstención de los Comunes, la formación con la que concurre Podemos a estos comicios. Para reeditar un Gobierno independentista sería necesario el concurso de cuatro fuerzas absolutamente dispares entre sí, frente a la mitad, o quizás la mayoría de los electores, ya que dejaría fuera a Ciudadanos, que puede ser la formación más votada. Es torcer demasiado las cosas. Sobre todo, cuando en las últimas semanas se ha visto que la agenda independentista no lleva a ningún sitio.

Del lado constitucional, aunque hay avances en el apoyo neto de los electores, Ciudadanos, el PP y el PSC sumarían 60 escaños. Necesitarían del apoyo explícito de los Comunes, algo que no se va a producir. Una situación así hará muy complicada la gobernabilidad. Sería necesaria una solución que sumara fuerzas de uno y otro lado, lo que parece difícil. Algo podría cambiar si dentro del independentismo se renunciara, por parte de algunos, a la desobediencia a la ley.