La atención a las víctimas de Trata con fines de explotación sexual es una actividad preferente en la Congregación de las religiosas Adoratrices. Entre los diferentes proyectos que desarrollan en España, ayer se presentó la Memoria del Proyecto Esperanza.

Las cifras de la Memoria son espeluznantes: 261 mujeres han sido atendidas por Proyecto Esperanza durante el año 2017, un 16% más que el año anterior. El delito de trata crece en España, lo que pone de manifiesto la presencia en nuestro suelo de mafias perfectamente organizadas que han hecho de España un país de destino y tránsito en el que anualmente crece la demanda de mujeres para nutrir la industria del sexo.

La Trata es una actividad ilícita extremadamente lucrativa contra la que ningún Estado puede luchar de manera aislada. No cabe sin embargo ni el fatalismo ni el miedo. Proyecto Esperanza Adoratrices trabaja a pie de calle y hace de la atención a las víctimas y de la incidencia política dos ejes de acción claves. La sociedad no puede desentenderse de las víctimas de este negocio repugnante y está obligada a reconocer que sin demanda no hay Trata. De otro modo, las cifras de esta lacra incrustada en nuestras calles no harán más que crecer.