Rajoy ha designado a Ángel Garrido candidato a sustituir a Cristina Cifuentes al frente de la Comunidad de Madrid hasta que acabe la legislatura, y a Pío García Escudero al frente del PP de la región. Garrido es una opción continuista que reivindica la gestión del PP en la CAM. García Escudero es un hombre de absoluta confianza de Rajoy que tiene la difícil tarea de sanear una organización lastrada desde hace muchos años por los personalismos, los enfrentamientos y las investigaciones de presuntos delitos de corrupción.

Las encuestas en este momento, cuando falta un año para las elecciones, apuntan que Ciudadanos arrebataría buena parte de sus votantes al PP. Un año en política es una eternidad pero no será fácil cambiar esa tendencia.

El PP gobierna en la Comunidad de Madrid desde 1995, durante mucho tiempo con amplias mayorías, y no ha sufrido en ese tiempo una oposición eficaz del PSOE. El trasvase de votos a Ciudadanos se debe más al cansancio que al entusiasmo por el partido naranja, que no ha tenido un proyecto especialmente ilusionante.

Las sucesivas victorias pueden ser la causa de que los populares de Madrid fueran separándose de la gente. Las luchas internas daban por descontado que seguirían en el poder. Y los enfrentamientos entre personas y facciones siguen prolongándose todavía hoy, de modo que quien quiera llevar a cabo un verdadero saneamiento tiene que ser muy cauto y realista, y no pecar de exceso de ambición.