Los 600 delegados reunidos ayer en un congreso extraordinario del SPD dieron luz verde al preacuerdo para que una nueva gran coalición permita gobernar a Merkel. La decisión se tomó después de que se produjeran profundas tensiones en el partido. Un sector con un amplio apoyo, sobre todo las juventudes, se oponía a una fórmula que, después de los últimos ocho años, ha provocado que los socialistas solo tengan el 20% de los votos.

El líder de los socialistas alemanes, Martin Schulz, con el apoyo de los sindicatos, hizo un gran esfuerzo para que el acuerdo saliera adelante. Afortunadamente para el resto de los europeos, las resistencias iniciales, tras una larga negociación, se han convertido en un compromiso decidido en favor de una coalición que ha dado estabilidad a su país y ha sido decisiva en las crisis del euro y de los refugiados.

El ejercicio de responsabilidad que han hecho los socialistas y los sindicatos alemanes nos favorece a todos. El acuerdo de gran coalición quiere impulsar decididamente un gobierno económico más sólido del euro. Con el compromiso alcanzado, el Fondo de Rescate puede transformarse en Fondo Monetario Europeo y se vencen las resistencias del centro-derecha a apostar por una política europea en favor de las inversiones. Gracias a las aportaciones de los socialistas alemanes, las necesidades de los países del sur de Europa se mirarán con menos sospecha. Toda una lección de cómo hacer política.