En la festividad de Pentecostés, ayer domingo, el Papa Francisco hizo público un consistorio en el que, el próximo 29 de junio, creará 14 nuevos Cardenales. Entre los nuevos purpurados hay nombres muy significativos de las llamadas periferias, entre los que destaca por ejemplo el nombre del patriarca de Babilonia de los Caldeos, Louis Raphale Sako, nacido en el Kurdistán iraquí, miembro del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y gran conocedor de la situación que atraviesan los cristianos perseguidos en Oriente Próximo.

Entre los catorce nuevos cardenales hay también dos españoles. El Padre Aquilino Bocos Merino, que fue superior general de los Claretianos, y es un gran experto en la Vida Consagrada, y el jesuita mallorquín, Luis Ladaria Ferrer, actual Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Monseñor Ladaria trabaja en El Vaticano desde 1992, cuando entró a formar parte de la Comisión Teológica Internacional. De sólida formación intelectual y veterano profesor de la Universidad Gregoriana de Roma, Monseñor Ladaria es un prestigioso y reconocido especialista en Antropología Teológica. Esa Teología, que como nos ha dicho tantas veces, solo tiene sentido si nos permite ahondar y entrar en el corazón mismo de Dios.

En un tiempo polarización y divisiones, la universalidad de la Iglesia que podemos palpar en el Colegio Cardenalicio es todo un signo. Los nuevos cardenales representan a esa Iglesia universal, que sale al encuentro, que quiere servir, desde diferentes carismas, a Dios y a todos los hermanos, sin exclusión, y quiere dar, ante el abatimiento y la desesperanza, un testimonio vivo, de Cristo Resucitado, que es esperanza que nunca defrauda.