Llegan buenas noticias de Ecuador. Los resultados del referéndum celebrado este domingo muestran un claro rechazo a la posibilidad de la reelección indefinida del Presidente, introducida en su momento por Rafael Correa. La consulta había sido convocada por el actual presidente, Lenín Moreno, para evitar la posibilidad de que Correa volviera a ser elegido. Rafael Correa, exiliado en este momento en Bélgica, dejó como sucesor a Moreno con la intención de recuperar la presidencia cuando la situación económica del país mejorara. Afortunadamente para Ecuador y para toda América Latina, Lenín Moreno se ha distanciado de su predecesor.

El ciclo de Correa, aunque supuso una mejora de la educación, de la sanidad y ayudó a superar desigualdades, estuvo marcado por el autoritarismo y la restricción de libertades. Correa se convirtió, junto con Evo Morales en Bolivia y Ortega en Nicaragua, en uno de los pilares del populismo en la región. Cada uno a su modo, contribuyeron a que el régimen bolivariano estuviera menos aislado y a que triunfara una cierta ideología neoindigenista, contraria a la verdadera defensa de los derechos de los indígenas.

Moreno ha cambiado las cosas. Ecuador ya no amenaza a los periodistas ni tiene un Gobierno que se enfrente a los empresarios. Su distanciamiento de Venezuela y de Cuba ha tenido efectos muy benéficos. Después del resultado de ayer mejorará la calidad de su democracia.