El diario británcio Daily Mirror ha sacado a la luz una historia inverosímil. El cuerpo de un hombre asesinado hace 44 años ha sido hallado gracias a un árbol que creció de una semilla en su estómago. 

Según cuenta este diario, el hombre fue asesinado en 1947 durante el conflicto entre grecochipriotas y turcochipriotas. El cuerpo sin vida fue llevado a una cueva que, posteriormente, fue dinamitada. Por ello, el agujero que quedó permitió la entrada de la luz solar. 

El cuerpo de se fue descomponiendo pero el hombre se había comido un higo poco antes de morir y esa semilla permanecía en su interior. 

La luz seguía dando en el agujero y a raíz de ahí la semilla comenzó a crecer hasta que una higuera cogió forma en un lugar donde este tipo de árboles no es habitual, ya que seguía siendo una cueva y estaba en un lugar montañoso. 

Tras varias décadas de búsqueda por parte de la familia, en 2011 el hecho de que hubiera en ese lugar llamó la atención de un investigador y se pusieron en marcha los trabajos de excavación de un pozo cerca de la misma. 

El investigador halló restos humanos y avisó a la policía. Las labores continuaron en la zona y fueron encontrados dos cadáveres más. 

El ADN de estos restos ha permitido indentificar que uno de los cadáveres era el de Ahmet Hergune.