Con el barullo político la renovación en plazo del CGPJ no se veía fácil hace unos meses, incluso hace unas semanas, aunque PSOE y PP estaban por la labor. Pero con el lío de las hipotecas no se podía esperar. La imagen del Tribunal Supremo cayó y de paso la de la Justicia en general. “No es bueno que los mandatos se alarguen, las instituciones se tienen que renovar” nos dicen jueces, fiscales y algunos políticos. La etapa de Carlos Lesmes se ha caracterizado por el “presidencialismo y la falta de comunicación”, nos dicen fuentes del actual CGPJ. Algunos vocales tienen ganas de irse, y desde hace tiempo, en especial los que están a tiempo parcial.

El PP se asegura la Presidencia. Coloca a su candidato, Manuel Marchena, a cambio de perder un vocal en favor del PSOE. No querían publicitar mucho su nombre “para no quemarlo”, aseguran fuentes del partido de Casado. Era su candidato desde el primer momento. El Gobierno, que quería una mujer al frente del Tribunal Supremo, lo vende como una respuesta a la necesidad de recuperar el prestigio para el poder judicial. Marchena dejará de ser el Presidente del juicio del Procés, y lo será un magistrado más progresista, Andrés Martínez Arrieta. No se puede descartar que el PSOE, el Gobierno, utilice también la marcha de Marchena en este caso. 

A los jueces no les gustan estos pactos en los que el Presidente del Tribunal Supremo y CGPJ viene impuesto, cuando son los vocales los que lo tienen que elegir, según la Ley Orgánica del Poder Jucial. “Es una burla a la sociedad”, dice a COPE el Portavoz de la asociación Francisco de Vitoria, Raimundo Prado. Con este sistema, “los vocales nacen viciados en su independencia”. Prado señala que los jueces están hartos de la intervención de los partidos políticos.

En líneas similares se pronuncia el portavoz de la APM, Celso Rodríguez. Dice a COPE que la sensación permanente es que “suena a reparto”. Un reparto entre los grupos políticos del órgano de gobierno del Poder Judicial. Defiende que sean los jueces quienes elijan a los doce vocales de procedencia judicial, como en el primer CGPJ, de 1980 a 1985. Y no como ahora que los 20 vocales son elegidos por Congreso y Senado por mayoría de tres quintos. 12 pertenecen a la carrera judicial y 8 corresponden al turno de juristas de reconocida competencia.

Nos recuerdan el informe GRECO del Consejo de Europa (Grupo de Estados contra la Corrupción), que recomendó a España, y  en varias ocasiones, que al menos la mitad de los vocales del CGPJ sean elegidos por los propios jueces. Lo mejor, según este informe, es que el poder político no partipe en la elección.

La elección de los vocales del CGPJ recuerda a la Ley electoral. Todos la quieren cambiar, pero cuando llegan al poder se olvidan. Es un cambio de cromos en el que muchos quieren participar. Y son muchos los que quieren ir al CGPJ.